¿La costura es arte, es artesanía, es "oficio artístico", es "arte aplicada"? Pues no sé y tampoco me voy a meter en esa discusión. Lo que no admite discusión es que la costura, hasta hace nada, formaba parte de la actividad cotidiana de gran parte de la gente, sobre todo las mujeres.
Pero no me quiero poner muy sesuda. Llevo tiempo observando las muchas escenas relacionadas con la costura que aparecen en el arte. No voy a hablar ahora de la representación de las distintas telas y la importancia de los atuendos, quizás en otra ocasión (solo con Zurbarán me llevaría media vida). El propósito es más sencillo y nada académico: ver cómo cosía la gente y cómo se reflejaba en el arte, bueno, en la pintura porque esculturas no he encontrado por ahora.
Y para empezar, he aprovechado una visita reciente al Museo Thyssen de Madrid. Aquí está lo que ví (igual hay más que se me pasaron). Vamos en orden cronológico.
Jan de Beer (Amberes hacia 1475-1528). La Anunciación (hacia 1520). Óleo sobre tabla.
A los flamencos siempre les gustaron las escenas de interior. Gente, sobre todo mujeres, en sus casas haciendo sus tareas. Esto les da pie para lucir su virtuosismo con los detalles: telas, cacharros, paisajes por la ventana, detalles arquitectónicos... Fijaos en la escena diminuta que se ve por la ventana. Así a bote pronto, parece una escena de la Visitación, así que el cuadro además, es una narración piadosa. Y todo en un cuadrito pequeñísimo...
El que sea una escena religiosa es lo de menos. Aquí vemos a la virgen tan tranquila leyendo y va y se le aparece un arcángel, nada menos. ¿Y qué estaba haciendo antes? Pues sí, estaba cosiendo. Vemos la aguja, la tijera, el dedal, todo tan parecido a nuestros útiles de hoy. La labor es un bordado con el símbolo de su futuro hijo, toda una premonición.
El que sea una escena religiosa es lo de menos. Aquí vemos a la virgen tan tranquila leyendo y va y se le aparece un arcángel, nada menos. ¿Y qué estaba haciendo antes? Pues sí, estaba cosiendo. Vemos la aguja, la tijera, el dedal, todo tan parecido a nuestros útiles de hoy. La labor es un bordado con el símbolo de su futuro hijo, toda una premonición.
La foto ha quedado un poco churro. La iluminación del Museo es perfecta para la conservación de las obras, pero para las fotos, regular. |
Este detalle se ve mejor. Tijeras, dedal, hilo y un bonito bordado. No puedo dejar de mirar al gatooveja de la esquina. |
Maerten van Heemskerck (Heemskerck, 1499 - Haarlem 1574). Retrato de una dama hilando (hacia 1531). Óleo sobre lienzo
No salimos de la zona, porque este es un cuadro holandés.
Hilar debía ser una tarea durísima y pesadísima, pero si eres una dama y lo haces con una rueca labrada con molduras y dorados, seguro que se te hace más llevadera. O igual la señora no había hilado en su vida y se retrataba así para que todos pensaran que era muy hacendosa, que tampoco sería extraño. Hasta la invención de la fotografía, la gente se retrataba para presentarse a los futuros novios o novias. Así que podemos imaginar que este retrato se hizo para que los candidatos a marido vieran que, además de guapa, era laboriosa y una "mujer de su casa". Todo imaginaciones mías, pero estaría bien que fuera verdad...
Lo que se ve colgado arriba a la izquierda es un costurero. Se distinguen unas tijeras y madejas de hilo. |
Hans Cranach (Wittemberg hacia 1513 - Bolonia 1537). Hércules en la corte de Onfalia (1537). Óleo sobre tabla.
Fijáos si las tareas relacionadas con la costura estaban relacionadas con el mundo femenino, que la reina Onfalia, para humillar al pobre Hércules, tan machote él, no se le ocurre nada mejor que ordenar que lo vistan de mujer y lo pongan a hilar. Después se enamoran y tal, pero de momento es su esclavo y se las está haciendo pasar canutas. Qué malas somos las mujeres...
Los ojos rasgados son muy propios de todos los Cranach, gran dinastía de pintores. La mirada directa al espectador, también. |
¡Vaya, que no acabamos de salir de los Países Bajos! Seguro que en el resto de Europa también cosían, pero no lo pintaban tanto. Más de un siglo después tenemos a este ignoto (para mi) pintor barroco. Vemos otro interior holandés, con esa sueva luz lateral que Vermeer dominaba (Pieter, no tanto). Es un cuadro doméstico, pequeño y delicado.
El título dice que la mujer está cosiendo, pero a mi me parece que más bien está remendando. Y esto me recuerda que hace no tanto la gente remendaba la ropa para aprovecharla mejor, incluso los pudientes. Y en esta época la ropa (la de casa y la de vestir) se incluía en los testamentos como cosa valiosa y pasaba de padres a hijos.
Vete por ahí a jugar, niño, que estoy remendando los calzones de tu padre (traducción libre del holandés original). |
Edward Hopper (Nyack, 1882 - Nueva York, 1967) Muchacha cosiendo a máquina (hacia 1921)
Y ya hemos saltado directamente al siglo XX.
Y el primer pensamiento que me inspira este cuadro, es una obviedad: hasta mediados del siglo XIX toda la ropa se cosía a mano. En los cuadros de los siglos XVI y XVII los instrumentos de costura cambian muy poco: aguja, hilo, dedal, huso y rueca. Imagináos lo que supusieron las máquinas de coser, tanto las industriales como las domésticas. Reivindicamos aquí todos los inventos domésticos, que no serán tan espectaculares como el coche o el teléfono, pero que liberaron a la mitad de la humanidad de tareas durísimas.
Porque aquí todas cosemos por gusto y si no tenemos ganas o la capacidad técnica no nos da para tanto, pues nos vamos a una tienda y nos compramos lo que queramos, pero coser por obligación y necesidad no debía tener tanta gracia...
Mirad bien la máquina, porque es casi igual que las máquinas de hierro que todos hemos visto en casa de madres y abuelas. De hecho, la máquina de coser doméstica no cambió mucho hasta que se introdujeron las eléctricas (¡con zigzag!) en los 50/60.
Varvara Stepanova Kaunas 1894 - Moscú 1958). Boceto para un diseño de tela (1924) Lápiz y lápices de colores sobre papel.
Varvara Stepanova con un vestido cuyo estampado diseñó ella misma. Fotografía de 1924.
Y hasta ahora teníamos señores pintores que pintaban a mujeres cosiendo. Esta señora pintora rusa vanguardista no pinta a otras señoras cosiendo, ni siquiera sabemos si ella cose, pero coge los diseños geométricos que tango gustaban a los futuristas y a los abstractos y los hace tela. Y luce esas coloridas telas con toda la alegría y la modernidad de los años 20.
Sonia Delaunay. Vestidos simultáneos (Tres mujeres, formas, colores). 1925. Óleo sobre lienzo.
Y seguimos con las vanguardias: la geometría, el color, el movimiento... Y una de sus pintoras más famosas crea unos coloridos vestidos simultáneos.
Las vanguardistas de los años 20 eran más modernas que nadie, pero seguían interesándose por la ropa.Porque aquí todas cosemos por gusto y si no tenemos ganas o la capacidad técnica no nos da para tanto, pues nos vamos a una tienda y nos compramos lo que queramos, pero coser por obligación y necesidad no debía tener tanta gracia...
"Si no acabo este vestido no tengo nada que ponerme". Si lo digo yo, suele ser mentira. En su caso, igual es verdad. |
Varvara Stepanova Kaunas 1894 - Moscú 1958). Boceto para un diseño de tela (1924) Lápiz y lápices de colores sobre papel.
Varvara Stepanova con un vestido cuyo estampado diseñó ella misma. Fotografía de 1924.
Y hasta ahora teníamos señores pintores que pintaban a mujeres cosiendo. Esta señora pintora rusa vanguardista no pinta a otras señoras cosiendo, ni siquiera sabemos si ella cose, pero coge los diseños geométricos que tango gustaban a los futuristas y a los abstractos y los hace tela. Y luce esas coloridas telas con toda la alegría y la modernidad de los años 20.
¡Soy un estampado lleno de geometría en movimiento! |
Varvara luce un estampado creado por ella misma. Sí a, mi también me cuesta escribir "Varvara" con "V". |
Sonia Delaunay. Vestidos simultáneos (Tres mujeres, formas, colores). 1925. Óleo sobre lienzo.
Y seguimos con las vanguardias: la geometría, el color, el movimiento... Y una de sus pintoras más famosas crea unos coloridos vestidos simultáneos.
Colores, vanguardia y alegría |
Isabel Quintanilla. Madrid (1938 - 2017). Habitación de costura (1974). Óleo sobre tabla.
Y para terminar, dos cuadros que no están en los fondos del museo, pero formaron parte de la exposición "Realistas de Madrid" celebrada entre febrero y mayo de 2016.
A este grupo de pintores se les tacha de hiperrrealistas, academicistas y no sé qué mas. Pero yo en este cuadro veo calidez, veo seguridad doméstica, paz, tranquilidad y un dominio de la luz apabullante.
Me encantaría coser en este cuarto |
Isabel Quintanilla. Madrid (1938 - 2017). Homenaje a mi madre (1977). Óleo sobre tabla.
Por si quedara poco clara la relación que hace la pintora de la labor de costura con la seguridad y el amor del hogar, no hay más que ver el título de este cuadro.
Homenaje a su madre, a la mía y a todas la señoras que cosían |