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viernes, 4 de enero de 2019

Costuras invernales: gorras de retales con el patrón Finch

La Dalia retorna, cual ave fénix o estrella del rock de los 60 que hace un recopilatorio...Y lo hace con una costura invernal y resultona.

Hace dos inviernos perdí mi gorra favorita. Era la típica gorra inglesa, pero hecha a modo de patchwork con trozos de telas invernales y muy coloridas. Qué pena me dió. Por eso no paré hasta encontrar un patrón que me convenciera. El primero que encontré fue este de Waffle Patterns, que es gratuito y está bastante bien, pero no me acababa de gustar el resultado. Por fin, encontré el de Elsewhen Millinery, que me pareció bonito y fácil (es de pago, pero vale la pena). He de decir que el patrón está muy bien explicado (en inglés, eso sí), viene en muchas tallas y si aún tienes dudas, la dueña de la tienda te las resuelve por correo electrónico. Es amabilísima.
Otra gran ventaja de esta gorra es que te permite aprovechar retales.

Persiguiendo la inspiración

¿Quedará bien esta combinación?
¿O mejor esta?
Es la parte más divertida del proceso (y bastante entretenida). Sacas todos tus retales de invierno, ves las piezas y te pones a imaginar como quedarán los colores unos con otros. ¡A veces te puedes sorprender con combinaciones de colores que nunca hubieras pensado!

Un briconsejo: las piezas frontales y la visera  son las que más se ven y las que encuadran la cara, así que hay que escoger un color que le siente muy bien a la dueña. También es muy aconsejable que estas piezas sean de la misma tela o al menos de colores similares.

Y hablando de texturas, para que la gorra quede bien es fundamental la entretela. Pero ya llegaremos a eso.

Una vez decididas las telas, tendrás que comprobar, claro, si tienes suficiente para cortar cada pieza  y luego ponerte manos a la obra con el patrón. Acabarás con un bonito mosaico de piezas de colorines.

El patrón trae piezas distintas para el lado izquierdo y el derecho. Son simétricas y pueden cortarse dobladas pero, al ser tantas piezas pequeñas y de distintas telas, es más cómodo y menos lioso tener patrones diferentes para cada lado.
Por supuesto, se puede hacer todo de una sola tela pero es MUCHO MENOS divertido.

El siguiente y muy importante paso es poner entretela en todas las piezas, menos la visera (ahora os cuento por qué no). Si la gorra va a ser de verano o no va a forrarse, no es necesario, pero la verdad es que queda mucho más armada y solida si se hace. Puede usarse entretela normal, adhesiva por una cara.
Para la visera, la mejor opción es coger una gorra tipo baseball vieja, sacarle el plástico duro que lleva en la visera y cortarlo según el patrón, pero sin márgenes de costura.
Bueno, pues ya tenemos todo cortado, entretelado y listo para coser. Empezamos por la corona, que tiene...
tres piezas en el centro

y dos laterales
Tras cada paso, por supuesto, planchar las costuras y recortarlas un poco.
Tal que así (o mejor)

Luego montamos los laterales.


Todo encaja

A estas alturas, podemos hacer dos cosas con el forro: cortar todas las piezas pequeñitas igual que la gorra o coger estas tres piezas ya cosidas y usarlas como patrón para cortar el forro. Yo, como costurera vaga que soy, he optado por lo segundo.
Una vez cortado el forro, cosemos primero las dos piezas laterales entre sí y luego ensamblamos esta pieza circular con la corona. Hay que señalar los centros de la pieza superior y hacer que coincidan con las costuras centrales. Y ya tenemos algo así:

Esto ya va tomando forma
Llega el momento de probarse. La gorra debe quedar un poco holgada, pero si vemos que queda demasiado, ahora es el momento de reducirla un poco por la costura trasera. También podremos reducir un poco cuando coloquemos la cinta, pero si queda encajada ya ahora, mucho mejor.
A continuación toca coser las dos piezas  de la visera derecho con derecho, darles la vuelta (recortar costuras, planchar, etc.).  Por último, metemos el relleno de plástico que ya hemos preparado. Si queda muy justo y no deja margen para coser, lo recortamos más. Es preferible que quede un poco pequeño, que después no se nota, a que quede grande y nos dificulte la costura o nos carguemos la aguja de la máquina.
Colocamos el forro encajando bien. Tenemos dos opciones: coser primero el forro y luego colocar la visera o coser todo junto. Os aviso que coser la visera no es fácil, así que no os desaniméis si os cuesta.
Yo, personalmente, prefiero coser todo del tirón ya que la visera es bastante difícil de manipular y eso te ahorra una costura. Antes de rematar del todo, acordaos de probar de nuevo la gorra y ajustar la cinta si es necesario porque ajustarla después os digo yo que es una pesadilla.
Ahora cosemos la cinta por fuera y por el borde superior, ya que luego la remeteremos por dentro. Tendremos muchos cuidado de pillar la cinta, el forro y la visera todo junto. Remetemos la cinta, planchamos una vez más (¡ya es la última!) y, por último, cosemos a mano con puntada invisible el borde inferior de la cinta.


Y ya está. Ya está la gorra ajustada, forrada y monísima.  Aquí varios ejemplos.


Ajustada por detrás

Y colorida por delante

Lola y su gorra con frente rojo


María José llevando su gorra de tonos morados y rosas por sitios internacionales
 Aqui veis un ejemplo del modelo hecho en una sola tela. Bonito, pero más discreto.

Sol y frío en la plaza del Museo.

 Y esto es todo, amigas. Espero coger el ritmo de nuevo ¡que tengo muchas, muchas cosas entre manos para enseñaros!

jueves, 18 de enero de 2018

Coser para las amigas: la bolsa para la bici de Lola

Nuestro amado Fernando Fernán-Gómez dijo aquello de que las bicicletas son para el verano. Y mira que admiramos a Don Fernando, pero en eso no le puedo dar la razón. Las bicicletas son para todas las épocas, sobre todo si se vive en una tierra que casi nunca baja de los 6 grados y que no ha conocido la nieve desde se inventó el hilo negro.
Dicho esto, una bici, para ser cómoda y funcional necesita un sitio donde llevar las cosas y mi amiga Lola  quería un bolsito tan molón y práctico como su bonita Brompton. 

Las dos claves para conseguirlo son la sujeción y las medidas. 
La sujeción más sencilla es el velcro, claro está. Las cestas y bolsas fabricadas traen agarres metálicos y otros sistemas muy sólidos, pero para hacerlas de forma casera el velcro es lo más fácil: se sujeta muy bien y también te permite llevarte el bolso contigo cuando aparcas. Unas tiras de tela y hebillas metálicas también pueden dar el avío, pero son más difíciles de colocar y de desabrochar después,  por no hablar del peso extra. Vamos, que estamos muy a favor del velcro.

El velcro se agarra como una garrapata
En cuanto a las medidas, las que deben tomarse son:
- La cruz del manillar, donde irá sujeta la bolsa.
- La distancia entre el manillar y la rueda o el guardabarros o el faro, vamos el primer elemento con el que pueda chocar la bolsa cuando vaya colgada. Este sería el largo máximo posible de la bolsa, pero nunca es conveniente ni cómodo que cuelgue tanto.
- El ancho máximo del manillar.

A partir de las dos primeras decidiremos el largo de la bolsa y a qué distancia tenemos que poner los agarres.
El ancho puede ser al gusto del consumidor, pero no debe sobresalir por los lados, así que la dejaremos siempre más estrecha que el manillar.
Los agarres irán dos arriba, que se ajustan en  el manillar y un tercero en la parte baja que va alrededor de la dirección.

El agarre de abajo.
La tela ideal es una loneta gordita y un poco rígida o una piel de imitación (¡o cuero de verdad, si vuestra máquina es capaz de coserlo!). Pero también se puede hacer con una tela fina, poniéndola doble y colocando en medio una entretela lo más rígida posible, que es justo lo que yo hice, porque Lola tenía esta tela brasileña tan alegre que quería aprovechar.
El resto es todo opcional: los bolsillos pueden ser bolsillos laterales, interiores o exteriores, el cierre se puede hacer con cremallera, con broches o con más velcro. También se le puede colocar una correa para llevar como un bolso.

Bolsillo delantero con cremallera

Bolsillo trasero sin cremallera
Asa para llevarla como una maletín

La construcción es sencilla, el bolso se puede hacer en varias piezas, con el fondo plano o como una bolsa, eso ya es a gusto del usuario y de la costurera. Este está hecho en tres  piezas. Dos grandes e iguales se doblan y se cosen por abajo para crear un fondo plano (esta chica lo explica muy bien), haciendo el cuerpo del bolso. Y la tercera, algo más estrecha, hace la tapeta de cierre. Aparte lleva dos bolsillos y un asa, como se ve en las fotos.

Como el estampado es tan discreto, vamos a ponerle una cremallera azul eléctrico
Y así queda:
Por delante, con su bolsillito y su canesú, digo, cremallera

Por detrás, con sus velcros extra fuertes. A prueba de baches.
Así se coloca. Fácil, fácil.

¡Y así luce!
Y con esto ya no tenéis excusa para no disfrutar de vuestras bicis, ¡que el frío no es para tanto, cobardes pecadoras!