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viernes, 24 de mayo de 2019

Camisa primaveral para Fernando

La costura para hombre es mi asignatura pendiente. Hasta ahora solo me había atrevido con cosas sencillas como esta camiseta tuneada.
Pero mira por donde, me acordé del patrón de Burda 4/2013. Modelo 137. Es una camisa básica con canesú trasero y cuello de tira, también conocido como cuello Mao. Yo he cambiado el bolsillo de ojal por uno de parche y la he hecho de manga corta.  La ventaja de este modelo es que tiene un corte totalmente recto y holgura por la espalda para más comodidad. Todo muy útil si nuestro churri tiene una cintura, digamos, amplia.
¡Abajo las camisas entalladas! ¡Viva la comodidad!

La tela es un algodón buenísimo comprado, como casi todas mis telas, en las rebajas de Julián López. El estampado tiene un aire africano y un colorido precioso. Para darle un toque curioso y de paso aprovechar retales, el interior del canesú de la espalda y de la tirilla del cuello los he hecho con un resto de batik indonesio. Que parece que no pegan los estampados, pero al final sí. ¡Exotismo a tope!
¡No me puedo creer...

... lo bien que quedan juntos estos dos estampados tan diferentes!
Los estampados están cuadrados (en su mayor parte) y esto no es casualidad, sino una prueba de amor verdadero o de un poquito de TOC, según se mire.

Estos círculos no coinciden por casualidad. Y el botón distinto es marca de la casa.

Y para rematar, otra prueba de amor verdadero: ¡¡¡ojales a mano!!!
Esto es amor y lo demás son tonterías
Y aquí Fernando, con su camisa nuevecita.

La espalda tiene un pliegue, que es cómodo y además hace bonito.

Señor serio, camisa alegre
¡Y vámonos por ahí a lucirla bien!
La camisa ideal para un aficionado al arte.
Y sobre arte precisamente hablaremos la semana que viene. ¡Permanezcan atentas a sus pantallas!*




*Bueno, podéis dejar de mirar un ratito, que hasta el viernes que viene no vuelvo a publicar...

jueves, 18 de enero de 2018

Coser para las amigas: la bolsa para la bici de Lola

Nuestro amado Fernando Fernán-Gómez dijo aquello de que las bicicletas son para el verano. Y mira que admiramos a Don Fernando, pero en eso no le puedo dar la razón. Las bicicletas son para todas las épocas, sobre todo si se vive en una tierra que casi nunca baja de los 6 grados y que no ha conocido la nieve desde se inventó el hilo negro.
Dicho esto, una bici, para ser cómoda y funcional necesita un sitio donde llevar las cosas y mi amiga Lola  quería un bolsito tan molón y práctico como su bonita Brompton. 

Las dos claves para conseguirlo son la sujeción y las medidas. 
La sujeción más sencilla es el velcro, claro está. Las cestas y bolsas fabricadas traen agarres metálicos y otros sistemas muy sólidos, pero para hacerlas de forma casera el velcro es lo más fácil: se sujeta muy bien y también te permite llevarte el bolso contigo cuando aparcas. Unas tiras de tela y hebillas metálicas también pueden dar el avío, pero son más difíciles de colocar y de desabrochar después,  por no hablar del peso extra. Vamos, que estamos muy a favor del velcro.

El velcro se agarra como una garrapata
En cuanto a las medidas, las que deben tomarse son:
- La cruz del manillar, donde irá sujeta la bolsa.
- La distancia entre el manillar y la rueda o el guardabarros o el faro, vamos el primer elemento con el que pueda chocar la bolsa cuando vaya colgada. Este sería el largo máximo posible de la bolsa, pero nunca es conveniente ni cómodo que cuelgue tanto.
- El ancho máximo del manillar.

A partir de las dos primeras decidiremos el largo de la bolsa y a qué distancia tenemos que poner los agarres.
El ancho puede ser al gusto del consumidor, pero no debe sobresalir por los lados, así que la dejaremos siempre más estrecha que el manillar.
Los agarres irán dos arriba, que se ajustan en  el manillar y un tercero en la parte baja que va alrededor de la dirección.

El agarre de abajo.
La tela ideal es una loneta gordita y un poco rígida o una piel de imitación (¡o cuero de verdad, si vuestra máquina es capaz de coserlo!). Pero también se puede hacer con una tela fina, poniéndola doble y colocando en medio una entretela lo más rígida posible, que es justo lo que yo hice, porque Lola tenía esta tela brasileña tan alegre que quería aprovechar.
El resto es todo opcional: los bolsillos pueden ser bolsillos laterales, interiores o exteriores, el cierre se puede hacer con cremallera, con broches o con más velcro. También se le puede colocar una correa para llevar como un bolso.

Bolsillo delantero con cremallera

Bolsillo trasero sin cremallera
Asa para llevarla como una maletín

La construcción es sencilla, el bolso se puede hacer en varias piezas, con el fondo plano o como una bolsa, eso ya es a gusto del usuario y de la costurera. Este está hecho en tres  piezas. Dos grandes e iguales se doblan y se cosen por abajo para crear un fondo plano (esta chica lo explica muy bien), haciendo el cuerpo del bolso. Y la tercera, algo más estrecha, hace la tapeta de cierre. Aparte lleva dos bolsillos y un asa, como se ve en las fotos.

Como el estampado es tan discreto, vamos a ponerle una cremallera azul eléctrico
Y así queda:
Por delante, con su bolsillito y su canesú, digo, cremallera

Por detrás, con sus velcros extra fuertes. A prueba de baches.
Así se coloca. Fácil, fácil.

¡Y así luce!
Y con esto ya no tenéis excusa para no disfrutar de vuestras bicis, ¡que el frío no es para tanto, cobardes pecadoras!

jueves, 28 de septiembre de 2017

La friki bolsa para Fernando

¿Qué es un friki? Según la RAE, como adjetivo significa extravagante, raro o excéntrico y como sustantivo, una persona pintoresca y extravagante o que practica desmesurada y obsesivamente una afición.
Pero esta bolsita no es extravagante ni desmesurada, al contrario, es bonita, pequeña y sumamente organizada. Ideal para que un friki desmesuradamente aficionado a los juegos de mesa y de rol pueda llevarse sus artículos indispensables a todos lados. La bolsita tiene un compartimento para dados, ¡cómo no! y también para una libretilla y lápices.
La tela elegida es una loneta con un estampado precioso de un plano antiguo de París. La compré hace mil años y he hecho mochilas, bolsas y cojines con ella. Es tan bonita que no quiero que se acabe, pero también me encanta hacer cosas con ella, así que se me gastará pronto... en fin, las paradojas de la vida costuril, ¿qué os voy a contar? Para el forro, un algodón japonés con el clásico dibujo de ondas. Va en dos colores, no porque yo tenga ideas muy chulas -- que también --, sino porque no tenía bastante con la tela negra y en vez de comprarla del mismo color, me dio por cambiar. El cierre es de un bolso de lona que he desechado recientemente. ¡Viva el aprovechamiento! Como la loneta es bastante sólida, no he tenido que usar entretela.

Organización ante todo
Como siempre en estos casos, es conveniente tener claro qué vamos a meter en la bolsa para adecuar los compartimentos y las medidas al contenido. La medida de largo será la de los objetos que se vayan a guardar, más unos cuatro centímetros de margen (dejaremos dos por cada lado), más margen de costura (1 cm). De alto, la medida del objeto mayor, más unos tres centímetros, más margen de costura.
En este caso van ser lápices, una libreta y ¡muchos, muchos dados! Para que todo vaya perfecto y no se caiga nada, vamos a poner un compartimento con cremallera para los dados y una pieza envolvente para el cuaderno y los lápices.

Primero hay que cortar las piezas:
  • En loneta, las dos exteriores y la tira para hacer los compartimentos de lápices y libreta.
  • El tela japonesa, las dos piezas correspondientes del forro de la bolsa, el forro del compartimento de los dados y las tiras para el cierre.
Forro y forro, todo uno

El arte de quedarse corta al medir y aprovechar para meter un detalle curioso (el estampado al revés)
Primero montamos la cremallera con las piezas de forro y luego la cosemos a la tela principal, derecho con derecho y le damos la vuelta. Hacemos la misma operación con la lengueta superior. Queda justo así, antes de ponerle los compartimentos.
Azul y negro.

Por fuera.
La tela es una monada
Ahora hay que separar la bolsa de los dados antes de ponerle el resto de compartimentos. Lo haremos con una costura vertical justo en la línea en la que luego pondremos la tira de loneta (si miráis bien, se ve la costura en la siguiente foto). La tira de compartimentos se puede rematar con dobladillo o con cinta al bies. Yo soy partidaria del bies, porque la loneta es gordita y el dobladillo quedaría muy abultado.

Además de medir, es mejor comprobar que las cosas caben realmente antes de coser
Cosido y rematado, para que no se mueva nada
Los compartimentos se dividen con una costura y se rematan con puntos de ojal para que no se suelten al meter y sacar las cosas.

El último paso es colocar las cintas para cerrar. El cierre puede ser de lazada, de velcro o, como en este caso, con un cierre metálico chulísimo. Y encima reciclado de un bolso viejo. La cinta de cierre es regulable. Y la forma de hacerla ya la expliqué en esta entrada.
Cierre reciclado ¡Viva el aprovechamiento!
Notre Dame, oh la lá!

Fermé, fermé, totalmente fermé
Para que no me digáis que no se ve bien el cierre

¡Ya solo falta cargar el bolsillo de dados chulos de todos los colores y tamaños!
Antes de juntarme con un friki, yo pensaba que los dados solo tenían seis caras, tonta de mi...
Y con este equipamiento, seréis la envidia en cualquier evento friki, como las Rolea 2017.

jueves, 29 de junio de 2017

Jetacostura para señores molones. Camiseta para Fernando

¿Os acordáis de lo que es una jetacostura? Os refresco la memoria: se trata de una labor que se hace en dos patadas pero que parece mucho más elaborada y te permite presumir de tus habilidades costureras por la cara (de ahí su nombre).Aquí, un ejemplo.

Hoy tenemos una jetacostura masculina, que consiste en tunear una camiseta básica cortándole las mangas y poniéndole otras de otra tela. Se necesita:
  • Un señor encantador que mole mucho y que luzca con orgullo y satisfacción la camiseta. Puede ser novio, marido, hijo, hermano, padre, abuelo, amigo o director espiritual. En caso de que no sea molón del todo, el vestir esta camiseta hecha con tanto ingenio y amor hará subir su índice molonidad hasta niveles estratosféricos, advertidas quedáis...
  • Una camiseta básica lisa de cualquier color, que sea de la talla y le siente bien al señor en cuestión.
  • Un trozo de tela de camiseta o normal, cuyo estampado o color haga contraste y le vaya bien a la camiseta anterior. 
  • Tijeras, hilo.
  • Remalladora o, en su defecto, máquina de coser que tenga puntos adecuados para coser telas elásticas.
  • Opcional. Máquina de coser con dos portabobinas, para poder hacer el dobladillo con aguja doble.
  • Indispensable. Caradura para decir luego que te ha costado muchísimo trabajo y que has pensado muchísimo en el diseño.
Lo primero es cortar con mucho cuidado las mangas de la camiseta, justo por el filo de la costura. Antes de cortar, hay que señalar el centro y la parte delantera, que aunque parezca que son iguales, todos sabemos que no es así. Abriremos las mangas que hemos cortado y las plancharemos si es necesario, ya que las vamos a usar como patrón.
Extendemos una de las mangas (o las dos, pero tampoco hace falta) sobre la tela y la usamos como patrón para cortar. Dejaremos alrededor un centímetro de margen de costura y tres en el bajo para el dobladillo. Esta es una labor ideal para aprovechar retales relativamente pequeños, así que, si tenemos que cortar las mangas por separado, tendremos mucho, mucho cuidado de cortarlas encontradas y de tener en cuenta el delantero y el trasero. Si tenemos suficiente tela para cortarla doblada, pues mejor, menos trabajo.
Cortando
Yo he usado una tela de camiseta, esto es, elástica. Si se va a hacer con tela no elástica, yo la cortaría un poco mayor; por ejemplo, dejando dos centímetros alrededor de la manga en lugar de uno y frunciendo un pelín la copa por arriba,  para darle algo más de holgura.
Antes de coser las mangas a la camiseta, haremos el dobladillo con aguja doble si disponemos de ella, si no, con zigzag de tres puntadas, y si tampoco tenemos, con zigzag normal. Si no tenemos ninguna de las tres cosas, nos retiraremos a una cueva a meditar y dejaremos la costura para siempre. Una vez hecho el dobladillo, cerraremos la manga con remalladora o con un punto apropiado para tela elástica.

Aquí parecen un arco apuntado al revés
Y aquí, unas alitas
Por cierto, que en las fotos anteriores, sobre todo en la primera, se ve muy bien que las mangas NO son iguales por delante y por detrás.  Y también se nota que me encantan las composiciones geométricas.
Ya solo queda coserlas en la camiseta. Las colocaremos con cuidado para que coincida el centro de la manga con la costura del hombro y la costura de la manga con la lateral. Y comprobaremos una vez más que cuadra el delantero, que ya sé que a estas alturas estáis pensando que soy una pesada, pero luego no me vengáis con traumitas, que nos conocemos.
¡Y, hala, a coser la manga! Una vez más, usaremos la remalladora o un punto apropiado para tela elástica en nuestra máquina de coser normal.
La cigüeña nos da su aprobación: la manga está perfecta
 ¡Y a lucir palmito con una camiseta de diseño exclusivo!
¿Llevo una camiseta chula? Ou, yeah!
Elegante a la par que cómodo: listo para el turisteo cultural
¡Para obra de arte, la que llevo yo puesta!

Ni que decir tiene que esta jetacostura admite variantes: se puede sustituir una sola manga, poner cada manga de una tela, añadir un bolsillo, un detalle en la espalda... El único límite es lo que el señor molón se atreva a ponerse.
Y por si aún no os habéis dado cuenta, aquí se revela el misterio de qué he hecho con la tela que me sobró del vestido "Abanicos" que os enseñé la semana pasada

jueves, 22 de junio de 2017

Vestido rápido "Abanicos"

Pocas veces tengo tiempo de hacer una costura en un solo día, pero la semana pasada se concatenaron los astros. El miércoles recibí una  tela de estampado de abanicos japoneses de la tienda Con tela y punto. Un metro de algodón con un poquito de elastano con un tacto estupendo y muy fácil de coser. Un metro de nada que ya iréis viendo el juego que me ha dado...
Y el jueves era fiesta en mi pueblo y hacía un calor que invitaba a quedarse en casa. El universo me hablaba: "Coseeeeee...coseeeee..."  Y yo, si el universo se molesta en hablarme, ¡que puedo hacer sino obedecer!
8:00 Después del desayuno (café, cerezas y tostada con jamón) tengo esto sobre mi mesa.
 
¡Eres solo un metro, pero qué bien te voy a aprovechar!
Como tengo un patrón básico para prendas de punto, no me complico la vida. Pero como me gusta complicarme la vida, decido que una parte de la falda llevará el dibujo en vertical en lugar de en horizontal.

Por si no me he explicado bien, queda justo así.
8:30. Ya tengo el vestido cortado. Como es punto, voy a coser con la remalladora, que es algo que no hago casi nunca (suelo usarla solo para sobrehilar).
Cosiendo y remallando de una vez

9:00. Para el dobladillo, uso mi máquina AEG, que es muy básica, pero tiene dos portabobinas, lo cual me permite poner aguja doble, que va perfecta para rematar prendas de punto.


9:15. Tengo un FOE dorado precioso para rematar las sisas y el cuello. Para coserlo uso mi máquina Elna Lotus, que hace un zigzag de tres puntadas estupendo.

Que nunca nos falta algo brillante

10:00. Al probarme el vestido ya casi terminado, me doy cuenta de que el escote me ha quedado un poco bocón, así que pongo un par de elásticos en los hombros para cerrarlo un poco.

10:30. Le añado unos botones orientales cosidos a mano.
No me puedo resistir a Ali Express, tiene unas cosas estupendas
11:00. Añado otro detallito en la espalda por razones inconfesables (que os confieso en el pie de foto).
La unión del FOE no me ha quedado muy fina, así que la tapo con este lacito tan monísimo
A pesar de la facilidad y la rapidez de este vestido, me doy cuenta de que he usado todas las máquinas de coser y un montón de técnicas de costura. Mirad, mirad:
- Remallado.
- Costura con aguja doble para prendas de punto.
- Zigzag de tres puntadas para colocar el FOE.
- Zigzag simple para colocar el elástico
- Costura a mano para los adornos.
Las tres magníficas

Y por la tarde, cuando refresca un poco (solo un poco), ¡ya tengo un vestido nuevo para salir a dar una vuelta!

NO está al revés, es que es así

Las sandalias también son nuevas, estreno completo
Ha estado muy bien esto de recibir una tela, coserla por la mañana y estrenarla por la tarde. Y con lo que me ha sobrado he hecho otras cositas, que os iré enseñando.
Y con esta costura tan rápida, nos vamos a corriendo a RUMS.

jueves, 25 de mayo de 2017

El batik y yo. Capítulo 7: el vestido "Thai Print" para Mª Carmen

El vestido "African Print" de la revista Ottobre 2/2016 tiene todas las papeletas para convertirse en un exitazo: tiene una línea que sienta bien prácticamente a todo el mundo, es sencillo de hacer, pero a la vez tiene su poquito de complicación para hacerlo interesante. Y, claro está, se han visto muchos por las redes, pero como admite gran variedad de tipos de tela, estampados y otras pequeñas variantes, todos resultan bonitos y muy diferentes.
Mi versión la he rebautizado como "Thai Print" porque la tela que he usado es un batik de algodón precioso que me traje de Tailandia como regalito para mi hermana Mª Carmen. 
Ya conocéis mi absoluta pasión por este tipo de tela: es bonita, alegre y colorida, tiene estampados fabulosos, se corta y se cose casi sola y encima, a pesar de ser de algodón, apenas se arruga. Siempre que he hecho algo ha quedado bien. Y podéis verlo aquí, aquí, aquí y aquí. Y también aquí o aquí.
La sencillez  de este modelo viene porque tiene pocas piezas  y el corte es muy fácil.
¡Se corta solo, oiga!
Las complicaciones (pequeñas pero interesantes) vienen con la abertura trasera en forma de lágrima y las vistas de la parte superior. Confieso que he sudado tienta porque cosí todas las vistas y luego, claro, no podía darles la vuelta. Después de mucho coser y descoser, opté por dejar los hombros descosidos y coserlos después por fuera.
Aquí es donde empezó a liarse la cosa
Al final ha quedado bien, pero me hubiera gustado hacerlo más limpiamente. Y me ha dado una rabia inmensa porque luego he visto que el año pasado se organizó un CC y lo explicaban todo estupendamente. Pero ya he aprendido: va ser la última vez que me lance a coser sin mirar en los internetes.
Y, sin más, aquí está la dueña aprovechando que hace un calor de muerte para estrenar su vestido, que, no es porque lo haya hecho yo y ella sea mi hermana, pero le queda estupendamente.

De lejos

De cerca



De frente.
¡Viva el batik! Y me voy al Blog de fans de Ottobre Design para ver otras versiones, que seguro que son preciosas también