viernes, 22 de marzo de 2019

Más locura japonesa: Vestido #17 del libro "Drapeados". Capítulo I: copiar y entender el patrón

Decididamente, este es mi año de locura japonesa. Después de meterle mano a un modelo de Pattern Magic, se me antojó hacer otro modelito del libro "Drapeados: El arte de modelar prendas de vestir" de Hisako Sato. Por cierto, el libro lo comenté aquí.



Este libro, a diferencia de los de Pattern Magic, ya viene con los patrones a tamaño real. Este será mi tercer intento, ya había hecho antes el #3,  el vestido de talle bajo fruncido a la cintura y el top #13.

En los intentos anteriores os había contado que, general, es más complicado copiar y entender los patrones que la confección en sí. En este caso, no ha sido exactamente así. Copiar el patrón ha sido una pesadilla, entenderlo un imposible y la confección un quebradero de cabeza, pero ya os contaré, ya.

Pero antes que nada, quiero expresar mi más enérgica protesta por la traducción: en español el vestido se llama "Vestido con pliegues estilo griego". Un nombre muy respetable y  muy descriptivo, ciertamente. Pero en la versión en inglés se llama "Goddess Dress". ¿Por qué no se ha traducido en español como "Vestido de diosa griega"? ¿POR QUÉ? Señores y señoras de la Editorial Gustavo Gili, son ustedes unos sosainas.


Son solo dos piezas de patrón, pero vaya piezas
En la hoja de patrones,  cada pieza viene dividida en varias partes que luego hay que ensamblar, esto añade dificultad a la difícil tarea de copia. Al menos viene solo en dos tallas (es un vestido muy suelto), las S/M y la L/XL, así que no hay muchas líneas cruzadas que puedan confundir.
Es especialmente importante no dejarse atrás ninguna señal. Pero, ¡ojo! que las líneas de plegado sí vienen en el patrón, pero las flechas para saber en qué dirección van los pliegues, no. O yo no las he visto, aunque lo dudo, porque lo repasé todo 13 millones de naves de veces.

Este es el patrón delantero. ¿Impresiona o no?
Y el trasero, también acongojante
El vestido, con tantísimo pliegue, requiere nada menos que tres metros de tela para la talla S/M (¡3,20 para la L/XL!).
Por una parte, quería una tela barata porque es mucha cantidad y no estaba segura del resultado del vestido, pero por otra, que fuera buenecita, porque el patrón lleva bastante trabajo y quería que el resultado valiese la pena.  Así que me agencié una tela de punto de viscosa verde con una caída muy bonita y un precio todavía más bonito: un euro el metro. Eso en rebajas, porque estaba marcada en 15, así que es una tela bastante apañada. ¡Misión cumplida!
Plano de corte
El corte, si quieres hacerlo de las dos piezas a la vez, hay que hacerlo en el suelo. O eso,
o tienes una mesa así en tu casa
No es mi caso, de hecho, por poco no me da el salón.
No me da ni el suelo ni la cámara para abarcarlo todo, qué barbaridad
De los tres metros se usa el largo, pero en el ancho quedan unos trozos laterales que darán, al menos, para una camiseta de manga corta.
Y hasta aquí llegamos hoy. La próxima vez, el corte, la confección y el resultado final (espero, que aún no las tengo todas conmigo).

viernes, 15 de marzo de 2019

Series para costureras. Capítulo I. Viaje al pasado

Hoy quiero confesaaarrrrr...que yo también me he dejado atrapar por el auge de las series (como casi todo el mundo, tampoco pretendo ser original). Las hay muy buenas, las hay excelentes y otras son simplemente entretenidas. Generalmente tienen una ventaja con respecto a las películas y es la duración. Últimamente todas las películas duran dos horas o más y cuando te sientas en el sofá por la noche, no sé vosotras, pero yo dos horas no aguanto consciente. En cambio, 40 minutos de un capítulo de una serie o incluso 80 si son dos lo llevo la mar de bien. Y qué decir de esas tardes de verano, cuando no se puede salir a la calle, consumiendo compulsivamente capítulo tras capítulo, así, en plan droja (en el Cola Cao) pura y dura.
Quizás el cine se me ha quedado más para la reflexión, cuando tengo tiempo y ganas, y las series más para entretenimiento, como novelas ligeras y distraidas.
Pero el vicio es el vicio y yo no puedo evitar andar fijándome en el vestuario. En ese aspecto, las series "de época" siempre son más vistosas, pero también hay series ambientadas en la actualidad que son muy hermosas de ver desde el punto de vista costurero.
Y por eso ahora os comento varias series que me han gustado mucho y que además me han hecho disfrutar viendo los atuendos. ¡Totalmente libre de spoilers!
Por orden cronológico de ambientación:
Los años 20: Babylon Berlín.
Megasúperproducción alemana, ambientada en el Berlín de la República de Weimar. Podéis ver más sobre la serie aquí. Aunque la intriga es policíaca, tiene pinceladas sociológicas e históricas de una época turbulenta (los nazis aún no están en escena, pero ya asoman la patita). También es una época de crisis y pobreza y eso se nota en el vestuario: la protagonista repite atuendos día tras día y las ropas de la mayoría de los personajes se ven raídas y gastadas. Aún así, salen modelazos.
El sombrero verde distrae la atención y así no te fijas en que el abrigo está hecho polvo
Solo tiene un abrigo

Aquí con modelitos veraniegos. Somos clase obrera, pero con clase.

El protagonista es guapete, aunque aquí tiene mala cara

La ambigüedad se llevaba mucho en la época
Los años 30: Los Durrell
Mira por donde, la familia que da nombre a la serie también pasa apuros económicos y también repite muchos atuendos en las tres temporadas que he visto hasta ahora (hay una cuarta en camino). En esta ocasión son fundamentalmente vestidos de verano, porque la familia se va desde la gris Bournemouth a la soleada Corfú. La serie es inglesa y ya se sabe lo que eso supone: ambientación impecable.
El vestuario de la serie distingue muy bien entre el estilo de Louisa Durrell, más de señora y el Margo, la hija, que viste prendas más juveniles y atrevidas, por ejemplo, un bikini, para escándalo de la conservadora sociedad de la isla. Los personajes masculinos también tienen su toque personal de vestuario: Larry, que pretende ser bohemio y sofisticado, Leslie, más sport, el Sr. Stephanides, siempre de atildado blanco colonial...
Para mi sorpresa, una de las faldas que luce la protagonista Keeley Hawes es muy parecida a una que le hice a mi amiga Maribel hace un tiempo. Si no me creéis, miradlo aquí.
Por cierto, una bloguera inglesa ha tenido la misma idea que yo y con más detalle, así que os la enlazo: http://vintagegal.co.uk/tv-movies/the-fashions-of-the-durrells/

De arriba abajo y de izquierda a derecha: Gerry, Margo, Louisa, Larry y Leslie.

Somos desgraciadas en el amor, pero vamos monísimas

La señora mayor es Leslie Caron, efectivamente
Blusita sencilla, pero con un detalle precioso de costura: la tapeta ondulada.

Una falda de lino que se parece mucho a una que le hice a mi amiga Maribel

Mujeres con pantalones: escandalazo.

Ese cuello hay que copiarlo

Gasa vaporosa y un color muy juvenil

¡Atrevida!

Más gasa y mangas mariposa

Vestido camisero para Margo. Larry, que es un intelectual, sustituye la corbata con un pañuelo de caballero, sofisticado y elegante.

Sencillo y muy favorecedor

Estampado espectacular y cuello marinero. Este me lo pondría yo mañana mismo
Y hasta aquí la turra de hoy, espero que disfrutéis con estas series bien hechas, interesantes, con actores excelentes ¡y encima con trajes preciosísimos!