El otoño ya está en el aire (y en los escaparates), aunque todavía estemos a más de 30º por estas tierras. Como aún no me ha dado tiempo de coser nada otoñal, os voy a enseñar un modelito que hice a finales del año pasado para estrenar en Navidad y que me he puesto muchísimo. ¡Estoy deseando que llegue ya el frío para volverlo a lucir!
En el número de enero de 2013, Burda sacó una serie de patrones de los años 60 muy chulos. Yo me enamoré del número 104, un modelo de 1965. Es un vestidito arreglado, pero no "de boda" y al que se le nota mucho el aire sesentero. A mi me recuerda un poco a algunos de "Bimba y Lola", pero mejor, porque la ropa de esa tienda es muy mona en la percha, pero después queda rara (al menos a mí).
Desde que salió el vestido estuve esperando tener una tela adecuada y la encontré en Madrid, en las rebajas de Ribes y Casals: un crepe sintético de un color raro pero bonito, entre rosa palo y morado.
Confieso que también tardé tanto tiempo en lanzarme a hacerlo porque me parecía un poco ñoño y también muy difícil. Y tenía razón en ambas cosas: el vestido es noño, pero aún así me gusta mucho y creo que me queda muy bien Y sí, ha sido bastante difícil de hacer, sobre todo los detalles de adorno; bolsillos con tapeta, trabilla de la cintura, y, sobre todo, la colocación del cuello. Para colmo, la falda va forrada. El original iba fruncido en el delantero, pero yo he preferido resolverlo con dos tablitas pequeñas, que me gustaban más. ¡Menos mal que la tela resultó ser un acierto total, muy agradecida de cortar y coser!
En el número de enero de 2013, Burda sacó una serie de patrones de los años 60 muy chulos. Yo me enamoré del número 104, un modelo de 1965. Es un vestidito arreglado, pero no "de boda" y al que se le nota mucho el aire sesentero. A mi me recuerda un poco a algunos de "Bimba y Lola", pero mejor, porque la ropa de esa tienda es muy mona en la percha, pero después queda rara (al menos a mí).
Desde que salió el vestido estuve esperando tener una tela adecuada y la encontré en Madrid, en las rebajas de Ribes y Casals: un crepe sintético de un color raro pero bonito, entre rosa palo y morado.
Confieso que también tardé tanto tiempo en lanzarme a hacerlo porque me parecía un poco ñoño y también muy difícil. Y tenía razón en ambas cosas: el vestido es noño, pero aún así me gusta mucho y creo que me queda muy bien Y sí, ha sido bastante difícil de hacer, sobre todo los detalles de adorno; bolsillos con tapeta, trabilla de la cintura, y, sobre todo, la colocación del cuello. Para colmo, la falda va forrada. El original iba fruncido en el delantero, pero yo he preferido resolverlo con dos tablitas pequeñas, que me gustaban más. ¡Menos mal que la tela resultó ser un acierto total, muy agradecida de cortar y coser!
Sin duda, este vestido ha sido mi gran éxito invernal.Y espero que este año lo siga siendo.
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¡Qué trabajito me costó colocar estas tapetas y esta trabilla, gensanta! |
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Pero valió la pena el trabajo, porque queda así de resultón
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Fotos: Lola Falantes