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Tela e hilo elástico, no hace falta más |
Lo primero, como siempre, es tomar las medidas. Para una niña basta con medir el contorno
del pecho, el largo desde el escote hasta el dobladillo y el largo de
las tirantas (la distancia desde donde queremos que llegue el escote
hasta el hombro). Normalmente en una niña no habrá mucha diferencia
de medida entre pecho, cintura y cadera, así que con esto
nos bastará.
Una vez hecho esto, cortaremos dos rectángulos que tengan el largo
que hemos medido para el vestido y de ancho la medida del pecho entera.
Después tendremos que fruncirlas a la mitad y esto nos dará el
vuelo necesario para la falda. Hay que dejar unos 4 cm por abajo
para el dobladillo y otros tantos por arriba para la cabecilla, que le dará gracia al asunto. Los laterales llevan un
margen de costura de un centímetro.
Una vez cortados los rectángulos, recortaremos un cuarto de círculo
en cada lateral superior para formar la sisa. También puede hacerse
sin sisa pero no será tan cómodo. En este punto remallaremos o sobrehilaremos todos los bordes. Seguidamente haremos el
dobladillo superior que formará la cabecilla del fruncido.
Y ahora toca fruncir. Empezamos por señalar: El hilo elástico
para fruncir irá en la canilla, así que las señales tenemos que
hacerlas por el derecho de la tela. Y por eso tendremos cuidado
especial en usar un señalador que se quite con facilidad. A mi me
gustan mucho los rotuladores que se van con el calor de la plancha,
pero no valen para todos los tejidos, así que habrá que probar
antes en un retal. Yo las he marcado a un centímetro, pero puede ser un poco más o un poco menos.
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Paralelas y para listas (perdón, no he podido resistirlo) |
Marcaremos todas las filas que queramos fruncir, desde el borde de la
cabecilla hasta que queramos. Yo creo que como mejor queda es hasta
más o menos debajo del pecho, pero si os enviciais y queréis seguir
hasta la cintura, pues adelante.
Y ahora, por fin, vamos a empezar a fruncir. El hilo elástico lo
colocamos en la canilla. La canilla hay que rellenarla a mano y
además habrá que reducir la tensión del hilo inferior. ¿Que cómo
se hace eso? Hay que colocar la bobina en el portabobinas. Como el hilo elástico es más gordito
pasará con alguna dificultad. Normalmente el portabobinas tendrá
un tornillo en algún sitio y habrá que ir aflojándolo y probando,
hasta que veamos que el hilo pasa bien (tampoco demasiado flojo). ¡Ahora ya sabéis para qué sirve el destornillador que venía con la máquina de coser!
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Tornillo y destornillador, una pareja perfecta |
La tensión del hilo superior superior es la habitual, pero poned el mayor largo de puntada posible.
Antes de empezar, varias advertencias:
- Si eres de las que se traumatiza cada vez que se le acaba la canilla en mitad de una costura respira hondo: se te va a acabar MUCHAS veces. Recordad que la canilla se llena a mano y que el hilo elástico es mucho más gordo que el normal, así que... tranquilidad...ommmmmmmmmmm...
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Repite conmigo: ¡Se acaba la canilla y no pasa nada! |
- No cierres las costuras con puntadas al revés, déjalas sueltas y con bastante cabo sobrante de los dos hilos. Luego te explico por qué.
- Cuando lleves varias costuras, la tela se empezará a fruncir (claro, para eso estamos haciendo esto, ¿no?). Debes ir estirándola, pero suavemente.
- Igualmente, cuando lleves varias costuras, como la tela se va encogiendo por el elástico, te dará la impresión de que la costura se te va torciendo. Mantente firme y no te dejes engañar, que para eso te has tomado el trabajo de hacer las señales. Síguelas al dedillo y verás que el resultado es tan recto como...no sé, como algo muy recto, una regla, un carretera de la Meseta, una flecha, la disciplina de la señorita Rottenmeier, la masculinidad de Pérez Reverte...
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Aquí ya se empieza a fruncir |
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Y aquí ya fruncido, por el revés |
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Y por el derecho. Las marcas se quitan con un golpecito de plancha |
Una vez has acabado, mide a ver si la medida de cada pieza una vez fruncida equivale a la mitad de la medida del pecho. Lo más probable es que sea mayor, ya que el hilo elástico es flojito y no frunce mucho. En ese caso, tendrás que fruncir un poco tú tirando y anudando los extremos. Ya te dije que no remataras las costuras con puntadas del revés. Pues ya sabes el porqué. No te preocupes mucho por los nudos y los hilos sobrantes, porque cuando cosas las piezas quedarán sólidamente rematados y podrás cortarlos tan ricamente.
Y ahora te queda solo hacer cuatro tiras de la misma tela con la medida que tomaste al principio de escote a hombro más lo que quieras dejar para un lazo o nudo. Esto permitirá ir alargando el escote y el vestido conforme su dueña crezca. Si quieres trabajar aún menos o no tienes más tela, una cinta comprada te hará el avío. Cuando tengas las tiras preparadas, las coses al vestido, claro, para que las vas a querer si no.
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Lacitos a gogó |
Solo te queda hacer el dobladillo y listo. Si te encuentras inspirada y te has quedado con ganas de fruncir, puedes añadir un volantito en el bajo.
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Rosa primaveral |
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Azul y amarillo, colores playeros |
Para las niñas son fresquitos, no aprietan y pueden correr y saltar. Para las madres, se lavan bien, no hay que plancharlos y, como estiran, pueden servir varias temporadas, incluso pasan de vestido a blusita.