Si habéis estado por aquí en estos meses, habréis notado que me gusta el batik. Esta tela asiática de algodón estampado y ligeramente encerada me tiene loca. Las auténticas, auténticas están en Indonesia, aunque también las hay en Tailandia. Todo lo que hagas con ella queda bien. Incluso si no haces nada: sólo extender uno de estos maravillosos estampados sobre un sofá o una mesa ya es un triunfo seguro.
Y hete aquí que una amiga fue a Camboya (sí, ya se que tiene premio, pero no me seáis ordinarios) y me trajo una pieza muy bonita de verdadero batik indonesio de motivos florales en negro y burdeos, con toques de marrón y crema.
Y, poseída por la furia oriental, se me ocurrió hacerme un quipao.
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La Dalia Azul, en pleno proceso creativo |
Para quien no lo sepa, un quipao es el típico vestido chino con escote lateral, cuello mao y botoncitos de esos de pasamanería. Quien quiera una explicación más documentada, puede leer
esto. Como no tenía ganas de vestido, lo he hecho en versión blusita.
Las instrucciones las encontré en una página que me gusta mucho:
"El baúl de las costureras". Siempre tiene cosas interesantes y muy bien explicadas. El patrón viene de otra página brasileña que acabo de descubrir y que también me parece estupenda:
Cortando e Costurando. El patrón venía solo en talla 40, como yo tengo la 36, me tiré un poco a la piscina y lo corté con muy poco margen de costura, pensando que así compensaba la diferencia de tallas. Por pura chiripa, ha quedado bien.
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Las tres piezas básicas: espalda, frente y hombro izquierdo |
Lo primero, como siempre, es cerrar las pinzas, para que quede mono y bien entallado. Después montamos la parte delantera, colocando el hombro izquierdo bajo la pieza delantera de la derecha cuadrando las señales del patrón. Solo tenemos que coser el trozo que forma la sisa de la manga, ya que el resto es la abertura del escote. De todas formas, una vez lo cuadremos, para no volvernos locas, es muy conveniente sujetar esta pieza con alfileres o hilvanarla.
Lo siguiente es coser los hombros y los laterales. Ojo, si la tela no es elástica hay que dejar una abertura lateral para la cremallera porque os recuerdo que es muy, muy, muy entallado. La cremallera, de unos 30 cm, la podemos colocar justo ahora. Después montamos el cuello, que lleva dos piezas cosidas y entretela y lo cosemos sobre el cuello de la blusa. Finalmente colocamos las mangas. Y hacemos los dobladillos correspondientes y todo eso, que tampoco os lo tengo que decir todo.
Y ya llegamos a los remates, que es lo que le va a dar un aire más chino que el
Hiper Oriente a nuestra blusita. En primer lugar, hay que rematar el escote. El patrón trae vistas, pero a mi me parecía más oriental un vivo liso. Escogí el burdeos porque estaba en el estampado, pero contrastaba con el negro dominante.
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El vivo le da viveza al escote |
Y ahora, hay que ponerle los botones. Estos me encantan y los encontré en la
Mercería de la calle Cuna, que además de un nombre muy descriptivo, tiene muchísima variedad en este tipo de adornos. Puedes optar por usarlos de botones de verdad o ponerlos solo como adorno con un broche automático por debajo para mayor comodidad.
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Elegante y oliental |
Y como chuminada final, ¡una bolita en la cremallera!
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El mundo de la pasamanería me conquista |
Y este es el resultado:
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Sin Dalia dentro |
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Con Dalia y a lo loco |
¡Ni hao para todas las compis de
RUMS!