viernes, 15 de febrero de 2019

Un solo patrón y tres faldas muy distintas

Como sabrá cualquiera que haya cosido algo, un mismo patrón puede cambiar mucho solamente cambiando la tela o añadiendo o quitando unos pocos detalles.
Y aquí os voy a enseñar un ejemplo.
Cortadas por el mismo patrón. Cada vez me vuelvo más decente y llevo las faldas más largas
El patrón es el de la falda de charol que salió en el Burda Vintage de 2015, dedicado a los años 60 (lo comenté en este entrada). Y la primera versión era la falda Barbarella casi tal cual, incluida la tela. Si queréis verla en más detalle, también os la enseñé ya en esta otra entrada.
En resumen, una minifalda ligeramente evasé, con abertura delantera, pinzas dobles en trasera y delantera y detalles metálicos en tapetas, bajo y cierre.
Barbarella total


Faltan los ojetes del bajo, pero lo demás está

Doble pinza y tapeta decorativa

Doble pinza también por detrás
La segunda versión ya la modifiqué un poco. Prescindí de la abertura delantera y puse una cremallera lateral. Las tapetas son rectas y se adornan con ojetes dorados. También es un poquito más larga.
Pero lo que cambia de verdad de la buena el aspecto de la falda es la tela: cambiamos el charol por un skay de sofá de la abuela que resulta extrañamente cómodo de llevar (y de coser) y además tiene un color rojo ligeramente metalizado muy bonito.

La doble pinza

Tapeta cuadrada con ojetes. El trabajo de martillo y sacabocados es fundamental

¡El skay no es bueno para los sofás, pero para faldas queda muy bien!
Para la última versión la tela escogida ha sido ha sido una tela que con relieve, bastante rígida, que yo pensaba que era neopreno, pero me dicen que se llama punto 3D. Es la tela que ya visteis la semana pasada cuando os expliqué el traslado de pinzas del pecho al cuello.
Es una tela con aspecto futurista y bastante tiesa, así que un diseño de línea A  como el de esta falda en concreto le irá muy bien.
Tela rara (la misma de la semana pasada)

Y aquí ya he hecho un par de transformaciones más serias. Me cargo directamente la abertura delantera y la sustituyo por un pliegue amplio o tablón. Y las pinzas delanteras las he transformado en bolsillos en la cadera (otro día os explico cómo se hace eso, es muy fácil).
Tablón Bolsillo, parece un nombre de hobbit

¡La tabla central le da un volumen muy bonito!
Ya veis qué prendas tan distintas. ¡Y aún así, sigue siendo el mismo patrón!

4 comentarios:

  1. Buen trabajo y buen uso de un mismo patrón.
    Que las disfrutes mucho y BESICOS.

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    1. Pues sí que las difruto, son muy cómodas y bonitas¡Gracias!

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  2. Lo que llega a dar de sí un patrón cuando tienes maña y buen gusto para modificarlo a tu antojo. ¡Bravo! La idea de convertir pinzas en bolsillos me ha parecido fabulosa.
    Un beso.

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    1. Pues sí, es muy divertido modificar patrones. Prometo explicación de la conversión de pinza en bolsillo. Es tan tonta que da hasta vergüenza, pero da muchísmo juego. Besos y gracias por comentar, como siempre.

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