jueves, 11 de febrero de 2016

Películas para costureras I. La cortina providencial

Hoy empiezo una nueva serie dentro de mi labor social de difusión de todos los aspectos de la costura (sobre todo los más raros y peregrinos): las películas para costureras.

Es un hecho comprobado que a ninguna costurera le gusta el cine porno. ¿Por razones morales? Pues no: simplemente porque no hay apenas vestuario, que, como toda buena adicta sabe, es lo que le da calidad a la película.

Hecha esta rotunda afirmación, hoy vamos a tratar de un subgénero que yo he bautizado como "la cortina providencial".
Todos hemos visto alguna película en la que la protagonista, ante una necesidad imperiosa de ropa chula, mira las cortinas pensativamente y, en la siguiente escena, está ideal con un vestido hecho sin esfuerzo aparente con la tela de esas milagrosas cortinas.

El ejemplo más famoso es Lo que el viento se llevó. Recordemos la escena. Escarlata O'Hara, pobrecita ella, está agotada de tanto trabajar y agobiada por las deudas de Tara, que lo de ser terrateniente sureña es lo que tiene. Se entera de que Rhett Butler está en la cárcel, pero también de que se rumorea que se las arregló para escamotear una gran fortuna antes de la derrota. Escarlata quiere engatusarle para conseguir el dinero (y tal vez otro marido), pero está muy desastrada de tanto trabajar en los campos de algodón y de pasar hambre y de jurar que nunca más volverá a pasarla (el hambre), que eso quema cantidad.

Y entonces viene ese momento mágico del que hablábamos: mira fijamente las cortinas del salón y, acompañada por las protestas de Mammy, pide la caja de patrones de su madre. Es un pequeño detalle de realismo: al menos se molesta en cortar la tela con patrón. Lo siguiente que vemos es a Escarlata espléndidamente vestida de terciopelo verde de dos tonos, con un sombrerito ideal de plumas (¿de dónde las ha sacado? ¿no quedamos en que no había nada que comer en Tara? ¿aún quedaba algún gallo? ¿habrá sufrido daños irreparables?) y con las borlas de pasamanería de las cortinas de su santa madre a modo de cinturón. Recordamos que Escarlata tenía esclavas (aunque las trataba como si fueran de la familia, blablabla...). Solo este hecho puede explicar semejante hazaña. Y recordad también que la máquina de coser estaba ya inventada, pero hasta la década de 1870 no se generalizó su uso y menos doméstico.

Cosido a mano y de un día para otro. Nada como la mano de obra explotada...
El creador de esta maravilla tan poco realista es Walter Plunkett. Este señor, evidentemente, no lo diseñó y lo cosió en una noche, por muchos esclavos que tuviese a su disposición. Toda su carrera trabajó para la MGM y diseñó también el vestuario de otras fastuosos obras maestras como Cantando bajo la lluvia o Siete novias para siete hermanos. 

Y ya que hemos nombrado musicales, vamos a por otro ejemplo: Sonrisas y Lágrimas (o The Sound of Music). Seguro que os acordáis de la escena. La buena de Julie Andrews acaba de recibir una buena bronca del Capitan Von Trapp (ains, ese Christopher Plummer) pero, lejos de amilanarse, se propone hacerles unos trajes a los niños para que jueguen a sus anchas. ¿Y de dónde saca la tela? ¡Pues de donde va a ser, de las cortinas, claro! Como es habitual, les echa una mirada reflexiva y lo siguiente que vemos es a los niños, que, -- no lo olvidemos -- son 7, y a su cantarina institutriz, triscando por Salzburgo cual cabritillas alpinas. El mayor misterio es como consigue coser esos trajes monísimos en una noche y sin siquiera tomar medidas, ahí, a ojo de buen cubero. Ah, y cada uno es diferente, para no traumatizar a los pobres niños con otro uniforme.
¡¡¡No quepo en mi de gozo de lo bien que coso!!!

Los niños van un poco cortitos, es verdad, pero los de las niñas me han quedado fetén.

Dorothy Jeakins, también una profesional de estudio,  que trabajó primero para la Paramount y luego para la Twentieth Century Fox, es la responsable de esta imposibilidad costuril. Trabajó en muchas, muchas películas, por ejemplo Sansón y Dalila (por la que ganó un Oscar), Niágara, Creemos en el amor o El fuego y la palabra. Por Sonrisas y Lágrimas fue nominada también, pero no ganó (ganó Doctor Zhivago, claro).
Al fondo se ven las famosas cortinas
Para terminar, otros dos casos menos conocidos, sugeridos por amigas cinéfilas. Uno es Encantada (Enchanted), una peli de Disney protagonizada por Amy Adams. Desgraciadamente, no he podido verla y no sé como se desarrolla el "momento cortina". Si alguien lo sabe, que nos lo cuente.
La otra es El amor perjudica seriamente la salud, que sí he visto, pero de la que tampoco recuerdo la escena concreta. Me quiero acordar de que a Diana Balaguer, el personaje de Ana Belén, en un momento dado se le rompe el vestido e improvisa sobre la marcha uno preciosísimo con unas cortinas, pero hace mil años que la ví y no puedo concretar más.

¿Os acordáis de alguna más? ¿Alguien ha detectado más imposibilidades costuriles en el cine?

8 comentarios:

  1. jajaja!!!! como me he reido!!!! eres muy divertida!!!

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    1. ¡Gracias, Anabel! Intento ser amena, pero todo lo que cuento es cierto, que conste :D

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  2. Como fan incondicional del vestido de terciopelo verde sólo te puedo decir ¡¡chapeau por la nueva serie temática!! Lo gracioso es que mi parcialidad me impide recordar las escenas de las otras películas (he visto las 3). Nada puede con mi Escarlata, es la reina del tuneo cortineril (algún día llegaré a ser como ella). ;-)

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    1. Gracias, Alhana. Cómo cinéfila costurera tengo pensados mas post de este estilo. El vestido verde de Escarlata es maravilloso, una verdadera obra de arte y su creador un verdadero artista. El vestuario de esa película es todo fantástico y contribuye a crear la atmósefera y los personajes.
      De todas formas, el tuneo de cortinas no funciona si no te llamas O'Hara, lo siento :D

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  3. ¡bravo! Siempre me ha admirado ese vestido verde

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    1. El vestido es maravilloso, independientemente de que se hicera en una noche o en un mes. Una verdadera pieza de museo y Escarlata estaba arrebatadora con él.

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  4. Bueno, no sé si vale, pero yo recuerdo entre las imposibilidades costuriles cuando los ratones y los pájaros le hacen el vestido a Cenicienta:
    https://www.youtube.com/watch?v=ZOe6Nsf-KGA

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    1. Jajajaaja, lo pensé pero después lo descarté porque es magia. La gracia es hacerlo con medios presuntamente humanos pero absolutamente imposibles. De todas formas, la escena es preciosa, ¡muchas gracias!

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